Las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (DID) constituyen un colectivo poblacional con mayor predisposición a tener enfermedades tanto físicas como psicológicas. Esta mayor incidencia se debe a características genéticas y biológicas, pero también a determinadas condiciones sociales a las que han tenido que enfrentarse a lo largo de su vida.
La atención psicológica en las diferentes capacidades es esencial para poder identificar alteraciones emocionales en las personas con DID y favorecer un acompañamiento profesional adecuado a sus necesidades.
En el abordaje psicológico, es importante tener en cuenta las condiciones psicológicas derivadas de la propia discapacidad, pero también es esencial considerar los factores ambientales y sociales que intervienen en el malestar emocional de la persona, como pueden ser la carencia de oportunidades, la vulnerabilidad a sufrir abusos y la institucionalización, que pueden aumentar el riesgo de presentar alteraciones a nivel psicológico.
Al igual que el resto de la población, las personas con DID pueden presentar dificultades emocionales que requieren un acompañamiento psicológico. Desde el CSE ofrecemos atención psicológica a las distintas capacidades, siempre adaptada a las necesidades específicas de cada persona.
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