La causa de las quemaduras solares es la luz ultravioleta (UV) que emite el sol. Es posible sufrir una quemadura solar incluso cuando el día está nublado, ya que la luz UV atraviesa las nubes. Otra forma de sufrir una quemadura solar es si se utilizan camas solares, ya que utilizan luz UV para broncear.
Es importante intentar evitarlas con el fin de no aumentar el riesgo de padecer cáncer (especialmente melanoma, el más grave), arrugas y otros cambios en la piel que suelen ocurrir cuando la gente envejece o cataratas, que pueden dificultar la visión.
Las posibilidades de sufrir quemaduras solares aumentan si se tiene la piel blanca y cabello de color claro, nos exponemos al sol sin ropa protectora ni protector solar, nos encontramos rodeado de nieve, agua o arena, que pueden reflejar la luz solar o utilizamos ciertos fármacos que pueden aumentar su riesgo. Los bebés y los niños tienen la piel más sensible, y son más propensos a sufrirlos, por eso es particularmente importante protegerlos del sol.
Algunos de los síntomas de una quemadura solar, que tienen lugar después de 3 a 5 horas de haber estado al sol son: enrojecimiento, que empeora las primeras 12 a 24 horas posteriores a la exposición al sol y por lo general desaparece después de 3 días, dolor o piel caliente. En casos más graves pueden causar ampollas, dolor intenso, inflamación o fiebre.
Para evitar quemaduras solares es importante utilizar protector solar. Colocarlo en todas las partes del cuerpo que no estén cubiertas por la ropa y volver a aplicarlo cada 2 o 3 horas, o después de transpirar o nadar. Es importante elegir un protector solar:
▫️que tenga un factor de protección (FPS) de 30 o más. El FPS es un número que indica la medida de protección del protector contra la luz UV.
▫️que proteja contra los dos tipos de luz UV, UVA y UVB.
▫️que no esté vencido ni tenga más de 3 años.
▫️ utilizar protector de labios con FPS de 30 o más.