Es el olor desagradable del aire que se exhala por la boca. Es un problema común que puede aparecer en cualquier edad.
Generalmente se produce de forma natural y transitoria al despertarse, ya que durante la noche la secreción de saliva disminuye y las bacterias de la boca se nutren de los restos de comida.
En muchos casos, la halitosis desaparece con una buena higiene bucodental y el abandono de determinados hábitos como el consumo de ciertos alimentos o de tabaco. Ahora bien, si estas medidas no son suficientes, es necesario consultar porque puede ser síntoma de problemas bucodentales u otras enfermedades.
Hay muchos factores que pueden influir en la composición del aliento:
▫️Carece de higiene bucodental. Si no se cepillan los dientes después de las comidas, los restos de los alimentos se quedan en la boca, se pudren y provocan un olor desagradable. Además, favorecen el crecimiento de bacterias, responsables de la formación de la placa, que puede irritar las encías y causar gingivitis o periodontitis.
▫️Algunos alimentos, como el ajo y la cebolla, las especias aromáticas, el alcohol y las legumbres, pueden ser el origen del mal aliento. La sangre los absorbe y transporta a los pulmones, desde donde se expulsan, manteniendo todavía el olor que los caracteriza.
▫️Fumar. Las personas fumadoras, además, tienen mayor riesgo de padecer enfermedades relacionadas con las encías, como la gingivitis y la periodontitis, que también pueden causar halitosis.
▫️Boca seca (xerostomía). La saliva contribuye a una buena higiene bucodental porque elimina las partículas que producen mal olor. La reducción de la producción de las glándulas salivares puede provocar halitosis.
▫️Ciertos medicamentos provocan sequedad bucal y, como consecuencia, mal aliento, mientras que otros liberan sustancias químicas al descomponerse dentro del organismo que llegan al aliento.
▫️Determinadas enfermedades pueden causar mal aliento:
> Enfermedades de la boca, nariz y garganta: caries, gingivitis, periodontitis, aftas e infecciones.
> Enfermedades relacionadas como la enfermedad por reflujo gastroesofágico, la infección por Helicobacter pylori, las infecciones crónicas de los pulmones, las enfermedades del hígado o de los riñones y la diabetes.
El tratamiento depende de la causa de la halitosis, siempre que sea posible su identificación. Aparte de estas medidas, hay otras que pueden ayudar a evitar la halitosis: beber mucha agua y masticar chicle después de las comidas para favorecer la producción de saliva, seguir una alimentación pobre en proteínas y rica en verdura, fruta e hidratos de carbono y visitar al dentista una vez al año, como mínimo.